Elegir el mejor juguete según la edad
Con los Reyes Magos a la vuelta de la esquina, los juguetes se convierten en el mayor objeto de deseo. Todos los padres nos planteamos cómo acertar y cuál le hará más ilusión a nuestros hijos. Te damos algunas pistas en función de la edad del niño.Los mejores juguetes no son los mas caros, sino los que proporcionan más tiempo de juego y se adaptan a los gustos, el carácter y el momento evolutivo del niño. Y recuerda: son necesarios para el desarrollo del pequeño, pero no eximen a los padres de jugar con sus hijos.
En la Guía del Juguete que edita el Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU) encontrarás información detallada sobre los juegos y juguetes que han superado los estudios de duración, manejabilidad, seguridad y valor pedagógico de este instituto. Ofrece cinco secciones de edad (de 0 a mayores de 9 años) y dos tipos de acceso: para padres y para niños. Un recurso imprescindible, que este año alcanza su 17ª edición.
Nuestros hijos son majestades en nuestros hogares y nuestro deseo es darles lo mejor. Sin embargo, el atiborrarlos de juguetes puede ser una mala idea a la hora de propiciar la imaginación y la creatividad. Algunos consejos para elegir los juegos y juguetes más aptos para nuestros hijos en crecimiento. En la intención de que nuestros hijos disfruten de todo lo que podemos darles muchas veces cometemos desaciertos, propios de nuestro entusiasmo como padres.
Algunos provenimos de infancias donde los juguetes comprados escasearon y en nuestro intento por remediar algo de lo pasado compraremos y compraremos objetos para nuestros hijos. En realidad nada de esto está mal y regalarles juguetes a los niños es sin dudas una experiencia saludable.
Sin embargo, hay algunas cosas interesantes que podrían ayudarnos y encausarnos a la hora de elegir los juguetes para nuestros reyes de la casa.
En primer lugar partir de la base de conocer que todos los niños del mundo juegan. Y esto no depende de la cantidad ni calidad de sus juguetes, ni de las condiciones en las que hayan nacido. Depende de una capacidad que les es propia. Y nuestros hijos podrán jugar en la medida en que como padres se los permitamos, pudiendo valorar el juego como actividad estimulante y necesaria, y sin subestimar el tiempo que dedican a ello.
Y los juguetes tienen su rol dentro de esta actividad, son aquellos elementos de los que los niños se valen para desarrollar sus capacidades lúdicas. Muñecos, animalitos, soldaditos, sonajeros y vehículos; son aquellos juguetes que podríamos considerar universales por encontrarse en la mayoría de las culturas.
Lo que importa de los elementos que entren en el mundo del pequeño para ser sus juguetes, es que queden bajo dominio del niño y que él tenga todo tipo de derechos sobre éste. Ese es el lugar de un juguete: al lado y a expensas de un niño.
Por todo esto podemos comenzar a vislumbrar que no es necesario que los pequeños tengan todos los juguetes que salgan al mercado.
Algunos padres se sienten en falta cuando no pueden complacer a sus hijos comprándoles todo lo que ellos les demandan. A no preocuparse, en materia de juguetes como en otros órdenes de la vida, es importante que los niños experimenten que hay algo que les falta. No tendrán todos los juguetes. Y que algunos pedidos quedarán insatisfechos. Y es saludable que esto pase porque les estimula la capacidad de tolerar frustraciones inherentes a la vida.
Muchos niños viven rodeados de todos los juguetes que han llegado a conocer y sin embargo a la hora de jugar, el desconcierto es tan grande que se ven imposibilitados de elegir y disponer de sus juegos y juguetes. Niños que tienen todo, se frustran y encaprichan desmedidamente ante la menor negativa, pero avasallados por sus juguetes no aprenden a jugar.
Por otra parte, es interesante saber que hay un cierto orden en la aparición de los juegos que practican los niños. Podemos enunciarlos sencillamente.
Entre los 3 y 4 meses comienza en los bebés el juego de la sabanita, donde aparecer y desaparecer puede divertirlos mucho. Mas adelante los entusiasma jugar con agua, espuma, tierra, meter la mano en un tarro de porotos o arroz, texturas que se desplacen de un recipiente a otro. (Atención: Siempre bajo la mirada de un adulto)
Entre los 3 y 5 años es la época de jugar a ser otra cosa. La imaginación gana terreno y la fantasía se manifiesta en juegos únicos creados por cada niño. Los juguetes sirven de muletas para impulsarlos a crear. Autos, bebés, camiones, animalitos, casitas, todo puede entrar en este reino para hacerlo jugar. Y disfrazarse les encanta.
Cuando los niños comienzan la escolaridad aparecen juegos de competencias y comienza a utilizarse las capacidades intelectuales para ganar. Comienzan a interesarse por juegos de mesa y/o azar.
Entre los 7 y los 8 años, los niños comienzan a practicar deportes como expresión lúdica y física. Juegos de competencias y destrezas corporales comienzan a aparecer entre niños y niñas.
Los juegos y la capacidad de jugar siguen durante toda la vida. En los adultos puede manifestarse en actividades artísticas de cualquier tipo. Dependerá del lugar que le haga cada uno a sus ganas de jugar.
Y así es como ni bien el niño pasa a la etapa siguiente de su desarrollo la mayoría de los juguetes cae en el olvido
Algunos seguirán acompañándolos desde alguna repisa o guardados en algún cajón. Son aquellos que han logrado transformarse en guardianes de recuerdos y sensaciones del pasado, que no se quieren perder aún. Son juguetes que los propios niños habrán convertido en especiales, únicos y duraderos.
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